Tengo
conocidos que votaron a doña Rojelia
y que ahora se arrepienten de haberlo hecho, pero que siguen manteniendo contra
viento y marea que ella no es Podemos.
Pues no lo será, pero utilizando el test del pato (es decir, habla como los neocom, actúa como los neocom, piensa –es un decir- como los neocom y se rodea de neocom) podemos llegar a la conclusión
de que sí lo es.
Uno de
los rasgos más definitorios de la juez en excedencia (o jubilada quizá, dada su
provecta edad) es su pulsión totalitaria, entreverada de tópicos sectarios que
no resisten un análisis mínimamente riguroso. Para empezar, establece unos
requisitos para la adjudicación de los contratos municipales que en la práctica
supone dictar a las empresas cómo contratar a sus trabajadores: con criterios sociales (según ella, claro), y no
puramente económicos o de eficacia o eficiencia; o, como dice el punto primero
del artículo primero del vigente Texto Refundido de la Ley de Contratos del
Sector Público, la selección de la oferta
económicamente más ventajosa (debe ser que como el dinero público no es de nadie, da lo mismo cómo se
gaste).
Luego
está el asunto de los coches patrulla de la policía municipal. Las nuevas
unidades no tienen emisora (lo que ha provocado que en ocasiones los policías
municipales tengan que utilizar su propio teléfono móvil para comunicarse con
la central), cuentan con linternas de peor calidad, carecen de GPS y de la
tecnología OCR para reconocer matrículas y, por último y no menos importante,
no cuentan con mamparas de seguridad. Se me ocurre que como muchos de los
candidatos a ser detenidos están ya en el equipo de gobierno de la Villa y
Corte, la necesidad de tales elementos no les parecerá perentoria (total, si no me van a detener a mí, para qué).
En cuanto
a jueces y periodistas, la alcaldesa dice que entorpecen su trabajo porque el poder en los medios es masculino. Esto
es, no se la pone a parir porque sea una inútil estúpida y sectaria rodeada de
una panda de borregos igual de sectarios y casi tan estúpidos, sino porque es
mujer. Como mujeres son aquellas para quienes los neocom capitalinos quieren recuperar los bares, en una campaña publicitaria que produce vergüenza ajena tanto
por los mensajes que transmite como por el diseño gráfico de la misma.
Y,
para terminar, está el asunto de los manteros.
Que yo sepa, aún no han llegado a sindicarse,
como hicieron en Barcelona, pero la policía señala que hay miedo a intervenir a los manteros. Mientras, son los
comerciantes del centro de Madrid (esos comerciantes, doña Rojelia, que traen la prosperidad económica, y no sus
delirantes medidas) los que pagan el pato.
Iba a
decir no, no ese pato del principio…
pero también a ese, porque… ¿de dónde sale el sueldo del equipo de gobierno,
ese sueldo que se iban a rebajar y que aún estamos esperando que lo hagan?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario