miércoles, 6 de enero de 2016

El final del túnel… y el principio del hoyo

Dice el adagio castellano que las cosas de palacio van despacio. Esto es especialmente cierto con las cosas de los palacios de Justicia, donde los procesos se dilatan por meses, años y hasta décadas. Pero todo llega al que sabe esperar, dice otro refrán, y parece que el día de San Martin para la antaño todopoderosa familia Poyuelo se va aproximando, lento pero seguro.
Lo que quiero decir es que, finalmente, el matrimonio Pujol Ferrusola (nunca tanto una familia funcionó como una famiglia en el sentido más mafioso, gansteril y delincuente de la palabra) ha sido imputado por blanqueo de capitales en la Audiencia Nacional. Veremos cómo va el asunto, porque es mucho lo que Jorgito Poyuelo puede saber sobre los trapos sucios de la vida política española del último medio siglo (década arriba, década abajo) –al fin y al cabo, ha estado metido en parte de ellos por propia iniciativa-, y podría verse tentado de tirar de la manta si teme que pueda ser enviado al frío y duro trullo. Por otra parte, el hombre ya no es ningún chaval, y puede ocurrir que la parca le alcance antes de que lo haga la espada de la justicia.
De la justicia humana; porque para los que creemos en la Justicia divina, de ésta no hay escape posible, por muchos maletines que hayas llevado a Andorra o por muchas veces que hayas consultado a brujas y nigromantes.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: