Hace
un par de semanas, Ciudadanos presentó una proposición de ley para que el
conocimiento del catalán o el euskera no sea una barrera de entrada para
trabajar en la administración. Inmediatamente, el PSOE, los neocom, PNV y ERC cargaron contra ella. No voy a comentar las palabras de
los piafantes, se comentan por sí solas.
La
socialista Margarita Robles acusó a Ciudadanos de estar tratando de coger cualquier cuestión que les parece que les puede dar
rédito electoral para apuntarse ese tanto. Ellos entienden que hay una manera de hacer política mucho
más seria y no pensando en la foto.
Los
neocom acusan a los de Rivera de declarar la guerra a la pluralidad y al
carácter plurilingüístico del Estado, obviando (ya sé que dije que no haría
comentarios) que ese plurilingüismo es de ciertas regiones, no de todo el
Estado. Según el coletas y sus muchachos, hay
que preservar los derechos lingüísticos de los ciudadanos y ciudadanas
(sigh), que puedan elegir en qué lengua
se dirigen a su administración, obviando (de nuevo comento) que con la
inmersión lingüística de las regiones teóricamente bilingües lo que se elimina es
precisamente esa posibilidad de elección. También han pedido a los de Rivera
que tomen ejemplo de los ciudadanos que
hablan muchas lenguas con total naturalidad en vez de las posiciones monárquicas más rancias, uninacionales, que niegan la
plurinacionalidad de nuestro país (ahora va a resultar que Jorgito Polluelo, Arturito Menos, Cocomocho
y la Click de Famobil son todos ellos
monárquicos… y nosotros sin enterarnos). Han terminado diciendo que la
propuesta de Cs es una iniciativa
regresiva, recentralizadora, fuera de lugar y que rompe un gran consenso.
Los
ierreceos anunciaron que insistirán con una propuesta que ya presentaron en
2005 para que convertir España en un Estado
plurilingüe, probablemente porque no han hablado con los neocom que, ya sabemos, considera que
España es un estado plurilingüe.
Los
nacionalistas vascos, finalmente, han calificado la iniciativa de C’s de inconstitucional, y a la formación
naranja de partido incendiario que no va al encuentro y al acuerdo, sino que
usa lo demagógico y llamativo para buscar un puñado de votos.
Visto
quienes se han concitado contra la propuesta, pocas deben haberse hecho con
tanto tino en los últimos tiempos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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