Cuando
abordo el tema del fútbol en este blog, el destinatario de mis invectivas suele
ser el Fútbol Club Barcelona, sus jugadores, directivos o aficionados. Sin embargo,
y por una vez, hoy toca hablar de otro equipo. Y no, no del club de mis amores,
sino del Real Madrid.
Resulta
que, por enésima vez, Cristiano Ronaldo ha manifestado que no está a gusto en
la entidad de Chamartín. Naturalmente, todo el periodismo deportivo, o casi, se
ha puesto a especular a una con la salida del futbolista portugués rumbo a otro
equipo donde le paguen lo que él cree que merece: con el chorreo de dinero que
los árabes han inyectado en los clubes europeos, cualquier cosa es posible.
Ronaldo
pide ganar tanto como el enano hormonado. Normalmente, me podría parecer
correcta esa aspiración, pero no esta temporada. Porque para cobrar lo que el
de Rosario, el de Madeira debería rendir como él, y este año no lo está
haciendo. Ni de lejos.
Los
periodistas también especulan con que, esta vez, Florentino Pérez aceptará el órdago del luso y le abrirá la puerta. Y que el que vendría a sustituirle sería
otro jugador con el ego casi tan subido como él, y que no se encuentra a gusto
en su actual equipo, al que llegó a principios de esta temporada: el brasileño
Neymar. Se dice que el rey de las piscinas (la Farça es una magnífica escuela para eso) le habría pedido a su
padre que forzara su salida del Peesegé
(y no Peeseyé, como dicen los
locutores cursis, esos que hablan del Milan en lugar de hacerlo del Milán),
donde sería sustituido por un tal Paulo, al que no tengo el disgusto de
conocer.
No
es que mi opinión pinte una mierda en la entidad de Concha Espina (o de la
Castellana, o de Padre Damián, o de Rafael Salgado), pero yo no ficharía al carioca.
Ni siquiera para darle en las narices al club fundado por el emigrante suizo. Sería
meter a un cretino integral dentro del vestuario merengue.
Y
ojo, que estamos hablando de futbolistas, gremio en el que el cretinismo se da
por descontado.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario