En
relación con el golpe de Estado perpetrado en Cataluña el pasado otoño, hay
algunos –en el lado de los golpeados,
no de los golpistas- que tienen las cosas bastante claras, mientras que otros,
en cambio, no se enteran de la misa la media.
Empezando
por estos últimos, ahora se descuelga Andrea Levy –según Wikipedia, vicesecretaria
de Estudios y Programas del Partido Popular- anunciando un boicot a la cadena
pública regional de televisión para no contribuir al relato golpista y lamentando que no se interviniese.
Ante
esta declaración caben dos alternativas, a cual más terrorífica: o bien la
señorita Levy se acaba de dar cuenta de que los medios de comunicación públicos
–y los que dependen del dinero público para susbsistir: recordemos el editorial
conjunto de hace unos años- en Cataluña llevan décadas (no días, no meses, no
años) lavando el cerebro a la población, lo cual dice bastante poco de la
perspicacia de la susodicha (la política, no la población; aunque ésta última
no es que tenga demasiada perspicacia si es capaz de tragarse las ruedas de
molino que les endilgan, pero esa es otra historia); o bien se dio cuenta ya
hace tiempo, pero hasta ahora no lo había dicho… lo cual dice bastante poco de
su valor personal. En cualquier caso, veremos lo que les dura el boicot, porque
los peperos también vetaron al polancato por acusarles de
guerracivilistas (cuando son los de izquierdas los que no paran de sacar el
tema de la contienda) y tiempo después volvieron al redil sin que los ofensores
se hubieran retractado.
Las
fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en cambio, han percibido la
situación en sus justas proporciones. Policía nacional y Guardia Civil no se
fían de la policía regional, por lo que ha pedido que dicho cuerpo policial
esté vigilado cuando finalice la aplicación del artículo ciento cincuenta ycinco de la Constitución.
Con
policías nacionales y guardias civiles me siento bastante seguro. Con políticos
como Andrea Levy, bastante menos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario