Pdr Snchz montó su moción de
censura porque, vino a decir, Mariano Rajoy era indigno de ocupar la
presidencia del Gobierno de España. Él, a la cabeza de comunistas,
separatistas, golpistas y filoterroristas, sería quien devolvería la dignidad
al puesto y conduciría a España por la senda de la honradez y del progreso.
Hace
un mes, a dos meses de llegar a La Moncloa sin haber ganado unas elecciones
generales y, de hecho, tras haber pulverizado dos veces el suelo electoral de
su partido, tuvimos muestras sobradas de lo que los socialistas españoles
entienden por dignidad, honradez y progreso, y en quiénes se han apoyado para
encaramarse al poder.
En
primer lugar, el Gobierno (la gobierna,
diría Carmen Pixidixit) negó la
posibilidad de autodeterminación a los golpistas catalanes, pero ofreció lealtad federal y más dinero al consejo
regional de gobierno. Dejando aparte el hecho de que, en la mayor parte de los
estados federales –vamos a obviar que ese tipo de estados se construyen de
abajo a arriba, y no al revés- las partes constitutivas tienen menos
competencias que las comunidades autónomas españolas, ¿qué demonios sabe un
socialista español de lo que implica el término lealtad? De los golpistas catalanes, ya ni hablamos…
En
segundo lugar, los suciolistos han
hecho lo que todos los Gobiernos españoles han hecho al llegar al poder –más los
de izquierdas que los de derechas, por aquello del maricomplejinismo de estos últimos-, es decir, colocar a amiguetes
en los cargos con mejor sueldo de la Administración. A la porra el principio de
mérito…
Finalmente,
doña Rojelia ha tirado a la basura –perdón,
a los bolsillos de sus amiguetes- setenta y seis millones de euros más en gastos de personal. Todos con un mérito indudable… el de ser parientes, amigos,
amiguetes, amiguitos o conmilitones de los que calientan con sus posaderas las
poltronas del gobierno municipal.
Todo
eso, en dos meses. Si duran los dos años que todavía le quedan a la
legislatura, no es que a España no la reconoce ni la madre que la parió: es que
no habrá España que reconocer.
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