Hace unos días escribí que los socialistas españoles sólo aciertan cuando rectifican
(lo que no resulta válido a contrario
sensu: es decir, que no siempre que rectifican aciertan, porque a veces su
rectificación no es más que elegir una opción en cambio todavía más
equivocada).
De
los comunistas españoles, en cambio, no puede decirse lo mismo. Básicamente,
porque son incapaces de rectificar. Uno no sabe si es por soberbia, por
estulticia, por sectarismo, por despiste o por una mezcla de varios o todos los
rasgos anteriores, pero el hecho es que tienden a empecinarse en una postura y
de ahí no los mueves ni con la famosa palanca de Arquímedes (claro, que el
siracusano no se cruzó jamás con un español adorador de la hoz y el martillo…
eso sí que es un objeto inamovible).
A propósito
de la misma cuestión de la defensa del juez Llarena, el eutanasizador de los paleocom considera que los abogados de Cocomocho no es que mintieran (más de lo
habitual), sino que le habían metido
una querella por bocazas, y que el Gobierno había cedido ante un chantaje
del sector más conservador).
Desde
luego, algunos no son más tontos porque no entrenan… y es que, para eso, hace
falta siquiera una miaja de inteligencia…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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