domingo, 9 de septiembre de 2018

Ya tocaba

Una de las constantes del Partido Popular, incluso ya desde los tiempos en que era Alianza Popular, ha sido el maricomplejinismo, ese temor a reconocer que se era de derechas por miedo a ser tildados de franquistas… cuando los cuadros dirigentes del franquismo (de Boyer a Fernández Ordóñez) y los hijos de los gerifaltes del Régimen (de Bermejo a De la Vega) donde recalaron fue, precisamente, en el partido de la mano y el capullo.
Y parte importante de ese maricomplejinismo se debía a Arriola, ese gurú electoral cuya estrategia podría resumirse en a los nuestros ya los tenemos, vamos a ir de progres para ver si pillamos a los otros, olvidando dos cosas: que ni tenían tan seguros a los suyos, ni los otros iban a preferir a una copia frente al original.
Arriola y su esposa, la inefable Celia Candy Crush Villalobos, sobrevivieron a Aznar y a Rajoy… pero parece que no a Casado, que ha relegado a la diputada al ostracismo y ha prescindido del asesor externo (sic), tras sucesivos fracasos de su acrisolada estrategia.
Quizá así no le vayan mejor las cosas al PP… pero es difícil que les vaya peor.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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