Lo
mejor (o lo peor, según se mire… vamos a dejarlo en lo más característico) de las giliprogreces
es que su estulticia intrínseca no se ve afectada por el paso del tiempo: una
tontería de izquierdas es tan estúpida en el momento de ser emitida como un par
de meses después, que es cuando, por avatares de la vida, le toca ser comentada
en este blog.
Los
progres tienden a hacer girar todo en torno a sus postulados ideológicos, venga
o no venga a cuento (que no suele venir, todo sea dicho). Así, doña Rojelia –anda que no hay cosas
mucho más importantes de las que ocuparse: limpieza, contaminación, manteros,
atascos…- se descolgó hace un par de meses soltando la perla de que hay que imponer una concepción de sexualidad desde las mujeres y no la del patriarcado. Como en todo, ir de un extremo
al otro es reprobable: tan mala será una sexualidad concebida desde el patriarcado como otra impuesta desde las
mujeres. Lo suyo será, creo yo (y mira que odio la palabrita) llegar a un
consenso, sin que nadie quede encima (y que cada cual interprete eso como
quiera, je).
Un
mes después, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid dijo que estaba cansado de que nos vendan que Carmena es la vieja profesora rediviva. Dejando aparte el hecho de que el modo correcto
de enunciar el símil sería decir que es el viejo
profesor redivivo (esto es, Tierno Galván), discrepo de lo manifestado por
el edil popular. Doña Rogelia es, en efecto, la víbora
con cataratas rediviva, y tan inútil a efectos de regir el ayuntamiento
como el otro.
Sólo
que el creador de aquellos bandos tan amenos sabía, por lo menos, expresarse…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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