Una
de las matracas de la izquierda cuando se encontraba en la oposición –lugar del
que, por el bien de España y de los españoles, jamás debió salir- era arrebatar los bienes a la Iglesia (católica, por supuesto) con el peregrino pretexto de
que no eran de su propiedad.
Pero
vamos a ver: ¿alguien en su sano juicio diría que una mezquita consagrada como
tal no pertenece a la umma? ¿Alguien
diría que una sinagoga no pertenece a los judíos? ¿Cómo se les ocurre entonces
decir que iglesias y catedrales no pertenecen a la Iglesia Católica, romana y
apostólica? Máxime cuando hay documentos que prueban esa propiedad.
Y
da lo mismo que un sedicente comité de
expertos nombrado ad hoc (o ad digitum, que viene ser lo mismo) diga que no hay fundamento para la postura de la Iglesia. Debieron elegirlos en el
mismo mercado de saldo que calificó con cum
laude el bodrio que sin vocales
hizo pasar como tesis doctoral, ésa en la que confunde millardos con billones.
Porque
no nos engañemos: los suciolistos no
quieren esos bienes porque estén convencidos de que tienen derecho a los
mismos. No, los quieren porque piensan que les puede suponer una fuente de
ingresos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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