Dicen
las malas lenguas que el suegro de Sin
vocales tenía (o tiene, quién sabe) una cadena de saunas (para) homosexuales.
No sé si es cierto o no, pero no deja de resultar gracioso que sea precisamente
un gobierno encabezado por este individuo el que declare que va a abolir la prostitución.
Vamos
por partes. En primer lugar, y aunque pueda parecer extraño, la prostitución no
es delito, como no lo es el consumo de estupefacientes. Sí lo son, en cambio,
el proxenetismo y el tráfico de drogas. O, para decirlo en términos sencillos,
las putas y los drogatas no son delincuentes; los chulos y los camellos, sí.
Dicho
lo cual, si con abolir una cosa se
consiguiera su desaparición, desde que Jehová entregó a Moises las tablas de la
Ley, con Sus mandamientos, se habrían acabado los asesinatos, los robos, las
mentiras y las fornicaciones. Si ni el Todopoderoso ha conseguido semejante
cosa, ¿va a conseguir mucho menos un tío que es tan torpe copiando que copia
dos veces lo mismo… en la misma página?
O
un tío al que le montan un sindicato de putas delante de sus narices y que
anuncia la dimisión de la Directora de Empleo en rueda de prensa… al mismo
tiempo que se le comunica el cese a la interesada (pero... ¿no quedábamos en que había dimitido?, mientras la superior de la
misma (e inferior de Pdr Snchz) se
limita a decir que le han colado un gol por la escuadra.
Algo
más iba a decir, ya sabéis, esa frasecita para rematar la entrada, pero… se me
ha olvidado.
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