viernes, 25 de octubre de 2019

Así arda en el infierno

Cuando me pongo a pensar en el responsable último de los males que han acaecido a España en el último medio siglo (aproximado), no pienso ni en Felipe González, ni en Zapatero, ni en Jorgito Polluelo, ni en Arzalluz, ni siquiera en la ETA o el GRAPO. No: cuando me pongo a pensar, el nombre que acude a mi mente es el de Jesús Polanco.
Polanco, beneficiado por el régimen (me refiero al franquista, claro está), estaba tan acostumbrado a que se hiciera su santa voluntad que cuando alguien osaba plantarle cara intentaba destruirlo. Así ocurrió con Javier Gómez de Liaño, que se atrevió a plantear el llamado caso Sogecable y que terminó inhabilitado para el ejercicio de la carrera judicial.
Algunos siempre pensamos que detrás de todo estaba la larga mano de Polanco. Ahora, el infame comisario Villarejo ha revelado –como todo lo que dice este sujeto, habría que ponerlo en cuarentena, pero si non é vero é ben trovato- que el infame Bacigalupo recibió doscientos mil dólares por parte del grupo Prisa para que condenara al magistrado. Igualmente, Villarejo solicita a la Audiencia Nacional que remita las microcintas y notas que le intervinieron, porque acreditan documentalmente la denuncia. Asegura que grabó a Garzón hablando de la operación contra Liaño en el restaurante donde se gestó Gürtel, y que el Grupo Prisa le encargó inutilizar fuentes periodísticas para provocar la caída de Liaño.
A todo esto, Gómez de Liaño ha manifestado que en 2009 alguien me envió un mensaje avisando de que había dinero de por medio, y no ha decidido aún sobre si se personará tras la denuncia. Probablemente no lo haga, creo yo: él y sus allegados sabían que era inocente, y con eso le bastaba.
Ahora lo saben todos los españoles.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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