Los
secesionistas catalanes se molestan cuando se les compara con los nazis. Será porque
la comparación es acertada. Veamos.
Los
nazis creían que algunos de los que vivían en Alemania pertenecían a una raza
superior. Los secesionistas catalanes –a pesar de la obvia inferioridad física
de algunos-, también. Los nazis consideraban a los demás pueblos como
inferiores. Los secesionistas catalanes, también. Los nazis consideraban que
determinados territorios les pertenecían poco menos que por derecho divino. Los
secesionistas catalanes, también. Los nazis imponían su idioma en aquellos
territorios que dominaban. Los secesionistas catalanes, también. Los nazis
estuvieron dirigidos por un señor bajito de ademanes nerviosos. Los secesionistas
catalanes, también. Los nazis falsificaron la Historia, retorciéndola y
falseándola para que se amoldase a sus pretensiones. Los secesionistas
catalanes, también. Cuando la persuasión o el chantaje no funcionaban, los
nazis recurrían a la violencia Los secesionistas catalanes, también. Si lo
consideraban necesario o útil para lo que pretendían, los nazis eran capaces de
aliarse con asesinos de ultraizquierda. Los secesionistas catalanes, también. Los
nazis siempre encontraron tontos útiles que por miedo, ignorancia o afinidad
ideológica, coadyuvaron a sus crímenes. Los secesionistas catalanes, también (de eso hablaremos mañana).
Finalmente,
los nazis estaban dispuestos a conseguir sus objetivos aunque no les apoyasen
aquellos sobre los que gobernaban. Los secesionistas catalanes, también.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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