Personalmente,
encuentro que la llamada Ley contra la
violencia de género es inconstitucional, porque establece una
discriminación por razón del sexo (lo que contravendría el artículo 14 de la
Constitución) y la presunción de culpabilidad de los varones (lo que infringe
el artículo 24 del mismo texto legal).
En
términos puramente dialécticos estoy dispuesto a admitir que podría ser una
discriminación necesaria… pero, cuando hago eso, los defensores de la citada
ley (tendría que decir las defensoras,
puesto que suelen ser con las que choco) no admiten que se esté infringiendo la
constitución.
Viene
toda esta perorata a cuenta de la situación conyugal de Miguel Nadal. Aparentemente,
su mujer le puso los cuernos, lo que hizo que se enzarzaran en una discusión en
la que (las cursivas son citas literales del artículo periodístico) el enloquecido Miki Nadal habría reprochado
el desliz de su mujer utilizando
expresiones que el Código Penal considera humillantes.
Vamos
por partes: si el caso hubiera sido a la inversa, ¿también sería considerado un
desliz? ¿O se diría que los varones
no tenemos sangre suficiente para dos órganos y que cuando se va al de abajo,
el cerebro se queda sin riego? Por otra parte, ¿cuáles son esas expresiones humillantes? Repasemos: apestosa, mierda,
payasa, eres un montón de mierda, patética, te vas a follar con cualquiera y zorra.
¿Qué pasaría si la (aún) señora Nadal, molesta con el peso de unos cuernos
colocados allí por su marido, le dijera apestoso,
cagarro, payaso, montón de mierda, patético, te follas a cualquiera, putero?
¿Cabe que tales palabras fueran consideradas como un desahogo explicable y
hasta necesario de una mujer a la que su conducta de su marido la hubiera
molestado e incluso ofendido?
No
hay más preguntas, señoría.
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