El
escribir las cosas (con cosas me
refiero a las entradas de este blog) con cierto retraso tiene sus desventajas
(los sucesos pueden quedar atrasados o superados por las circunstancias), pero
también la indudable ventaja de que permite poner las cosas en perspectiva.
Hace
ahora un par de semanas, tras hacerse pública la sentencia (demasiado leve,
para mi gusto) sobre los golpistas del 1 de Octubre, los terroristas que estos
mismos golpistas azuzaron comenzaron una escalada de violencia, como suele
decirse, sin precedentes, al menos
por aquellos andurriales. El presidente del Gobierno, al ser requerido sobre
qué pensaba hacer, descartó sobreactuar
y estar convencido de que el tsunami desaparecerá en los próximos días.
¿Ha
desaparecido lo que, con tan poco acierto (por el hecho de seguir la terminología
golpista), denomina tsunami? No, en
absoluto. Simplemente han aflojado un poco, pero las bestias rabiosas que han
destrozado zonas de Barcelona no esperan más que otra excusa (puesto que la
sentencia fue eso, una excusa, y no una causa ni tampoco una justificación)
para volver a comportarse como los animales que son.
Sí,
Chistorra, animales son los que tú
azuzaste, y no aquellos que hablamos español. Animales son los que queman y
destrozan mientras se hacen autofotos, y no lo que tú llamas grupos infiltrados, salvo que resulte
que esos infiltrados sean más numerosos que aquellos entre los que se inflitran.
Animales son esos a los que no condenas mientras haces llamamientos a la calma.
Pero
qué te voy a contar…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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