Es
una opinión aparentemente bastante extendida que el becario ubicuo es una mejor opción política que Junior. Nada más lejos de la verdad. Veamos
por qué.
Ambos
dirigentes estuvieron en el núcleo fundacional de la formación neocom. De ese núcleo fundacional, el
único que queda ya es el Chepas:
todos los demás –Carolina Descansa,
Monedero, Errejón, Tania Sánchez… sólo queda Echeminga- han ido quedando por el camino. ¿Por qué? Porque el
líder único, el macho alfa, les veía,
bien como un lastre (Monedero, por ejemplo), bien como una amenaza a su
posición (Errejón es el caso típico).
Quiero
con esto decir que tanto el coletas
como su íntimo enemigo son
comunistas: y ya sabemos que el único comunista bueno es el que no cata poder.
En lo único que difieren es en la táctica para alcanzar el poder: al marqués de Villa Tinaja le puede la
soberbia y es incapaz de disimular su tremendo ego y su casi tan tremenda
ambición, mientras que el defensor de las tres comidas al día, que inspira (a
algunos) cierta confianza quizá por su rostro más infantil, es partidario de
ciertas transacciones. Pero no nos engañemos: ambos quieren el poder, y si uno
echó al otro para que no lo consiguiera, el otro se fue y fundó otro partido
precisamente para conseguirlo.
Y
tras esas disquisiciones, llegamos al momento presente: el becario defraudador,
el asesor de tiranos, creó un partido para las elecciones regionales y
municipales de la primavera pasada (con otra que tal baila, doña Rojelia), y ahora anuncia que se presentará a las próximas elecciones generales. Eso sí, como a la izquierda en
general y a los comunistas en particular la sola mención de la patria común e
indivisible de todos los españoles les produce erisipela, ha (re) bautizado a
su grupito de compinches como Más país
(probablemente, sin darse cuenta de que eso, subconscientemente, descubre sus
propósitos de más burocracia, más administración… y más conocidos colocados,
algo en lo que han demostrado ser maestros estos autoproclamados referentes de
la nueva política). De momento, lo
que ha hecho es ir jibarizando a su antigua formación, a la que dentro de poco,
parece, habrá que llamar Pudimos.
Desde
la derecha, no puedo sino aplaudir esta iniciativa. Tan politólogos que son, y
su soberbia les hace olvidar que, cuantos más formaciones sean en la izquierda,
a menos tarta tocarán.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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