Respeto
a aquellos que, por convicción o hasta por postureo, deciden eliminar de su
dieta, bien la carne, bien todo producto alimenticio de origen animal: huevos,
leche, pescado, etcétera.
Por
mera cuestión de reciprocidad, me gustaría que los vegetarianos, los veganos y todos
los demás anos respetaran a los que
no compartimos sus postulados. Pero, naturalmente, no es así. Como todos los
fanáticos y extremistas que en el mundo han sido, de Mahoma a Calvino, pasando
por Hitler o Stalin, pretenden que los demás adecuen su conducta a lo que ellos
sostienen.
Es
el caso de los que en un supermercado de Auckland visitaron la sección de
carnicería, encontrándose allí con una muralla
de carne (me refiero a personas plantadas delante de las neveras) que les
impedía adquirir los productos que deseaban, y que incluso les gritaban cuando
pretendían hacerlo.
Ojalá
se les atragante el brécol…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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