La
izquierda española, ya sea la nacional o la regional, siempre ha sido enemiga
de España. Lo era hace un siglo, lo era hace tres cuartos, lo era hace medio,
lo era hace un cuarto, lo es hoy y, con total certeza, lo será hasta que
desaparezca, España o la izquierda. Casi estaría por decir que los
lugartenientes de Viriato y el conde don Julián eran también de izquierdas.
Las
razones de ese odio asesino a todo lo que les suene a España las desconozco. De
hecho, tampoco quiero saberlas, porque probablemente me produciría más asco del
que ya me produce (y mira que eso es difícil). Pero ahí están, y no dejan pasar
ocasión de demostrarlo.
Hemos
tenido un ejemplo tras la detención del comando terrorista catalán. Que los
defendieran los golpistas catalanes entra dentro de la normalidad: al fin y al
cabo, para alguien que ignore las circunstancias, es evidente que son de la
misma cuerda.
Pero
hete aquí que tenemos a Junior, líder
presunto de un presunto partido presuntamente nacional de una presunta
izquierda; perdón, la izquierda es lo único cierto en todo esto. En realidad,
se trata de un batiburrillo de grupúsculos de antisistemas y aprovechategui profesionales sobre los
que el Chepas ejerce, cada vez menos,
el papel de voz cantante. Bueno, a lo que vamos: tras la mentada detención, no
condenó el terrorismo de los cedeerres, afirmando que no se puede llamar terrorismo a cualquier cosa.
Algo
de crédito hay que concederle, pues de terrorismo sabe un rato largo. Al fin y
al cabo, lo lleva en la sangre.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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