El
sexto libro de la serie de Theodore Boone sigue la pauta de los anteriores. Es decir,
Grisham presenta una situación –en este caso, el sistema educativo- y, a través
del personaje del joven Boone, nos deja bastante claros sus puntos de vista. Todo
ello relatado en capítulos cortos que hacen que el libro se lea en un suspiro
(a mí me llevó apenas un día, y eso que era laborable), salpimentado con algún
caso en el tribunal de animales y uno o dos problemas planteados por los
compañeros de colegio del protagonista.
En
resumen, nada que añadir a críticas anteriores: no sorprende, pero no defrauda.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario