El
año pasado, el Premio Nobel de Literatura no se entregó por la serie de
escándalos (de naturaleza sexual, en algunos casos) que rodearon a algunos
miembros de la Academia sueca, encargada de elegir a los premiados.
Por
lo tanto, este años se entregaron dos galardones, los correspondientes al año
pasado y al corriente. Uno de los premiados ha sido el austriaco Peter Handke,
lo que, al parecer, ha resultado polémico por ser un férreo defensor de Milosevic.
De
acuerdo que Milosevic es, simplificando las cosas, un asesino de masas, pero no
veo que el defenderle menoscabe los méritos de nadie para obtener premio
alguno, salvo quizá el Nobel de la Paz (aunque se lo han dado a alguno que ya,
ya…).
Porque
no recuerdo que se armara tanto alboroto cuando se lo concedieron a Gabriel
García Márquez, conocido defensor (y hasta amigo) de Fidel Castro. O a Jean-Paul
Sarte, marxista convencido. O a Pablo Neruda, comunista. Qué curioso (nótese la ironía), todos de izquierdas...
Como no debiera
haberlo en ningún caso, porque el premio debe entregarse, según estableció el
testamento de Nobel, a quien hubiera
producido en el campo de la literatura la obra más destacada, en la dirección
ideal.
Aunque
no sé qué hay de ideal en la obra de,
por poner un ejemplo, Camilo José Cela.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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