martes, 8 de octubre de 2019

Poderoso caballero

Cuando una persona carece de vergüenza es capaz no sólo de decir las mayores tonterías, sino de repetirlas y superarlas sin sonrojo ni rubor alguno. Si a eso se le une un odio sectario hacia alguien o hacia algo, el nivel de desfachatez alcanza cotas estupefacientes para los espectadores.
Me estoy refiriendo al caso del charnego Javier Hernández, antaño jugador del Fútbol Club Barcelona y de la selección española de fútbol (se ve que sus sólidos –nótese la ironía implícita por el uso de las cursivas- principios catalanistas no eran óbice ni cortapisa para vestir la elástica española) y hogaño jugador en algún equipo catarí.
Ya hace tiempo que dijo que el país en el que ahora reside la gente vivía feliz y tranquila. Ahora ha entrado en más precisiones y reconoce que ahora no vive en un país democrático, pero que el sistema funciona mejor que en España. Repasemos cómo es ese sistema:
  • no se han celebrado elecciones desde 1970
  • no hay ningún partido político constituido como tal, ni tan siquiera líderes políticos o grupos de presión
  • falta de libertad de prensa; las presiones por parte de las autoridades, tanto económicas como políticas, son bastante habituales, por lo que los periodistas y los medios se ven sometidos a una fuerte autocensura
  • tratamiento denigrante a los homosexuales: la sodomía sigue estando penalizada legalmente, con penas de entre uno y tres años de prisión
  • la mujer es la gran perjudicada: la poligamia está aceptada incluso legalmente y ante un tribunal es necesario el testimonio de dos mujeres para igualar el de un hombre
  • hay mujeres que trabajan: a pesar de que cobran el mismo salario que el de sus compañeros varones cuando realizan labores similares, no reciben las mismas dietas, que en el caso de los varones pueden llegar a cubrir los costes de transporte y vivienda
Es decir, que salvo por lo de la poligamia, casi podría creerse que se está describiendo a la España anterior a 1.975. Ahora va a resultar que Hernández es un criptofranquista y, sobre todo, que las dictaduras funcionan mejor…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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