viernes, 29 de enero de 2016

Carmenadas (y van…)

Tengo conocidos que votaron a doña Rojelia y que ahora se arrepienten de haberlo hecho, pero que siguen manteniendo contra viento y marea que ella no es Podemos. Pues no lo será, pero utilizando el test del pato (es decir, habla como los neocom, actúa como los neocom, piensa –es un decir- como los neocom y se rodea de neocom) podemos llegar a la conclusión de que sí lo es.
Uno de los rasgos más definitorios de la juez en excedencia (o jubilada quizá, dada su provecta edad) es su pulsión totalitaria, entreverada de tópicos sectarios que no resisten un análisis mínimamente riguroso. Para empezar, establece unos requisitos para la adjudicación de los contratos municipales que en la práctica supone dictar a las empresas cómo contratar a sus trabajadores: con criterios sociales (según ella, claro), y no puramente económicos o de eficacia o eficiencia; o, como dice el punto primero del artículo primero del vigente Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público, la selección de la oferta económicamente más ventajosa (debe ser que como el dinero público no es de nadie, da lo mismo cómo se gaste).
Luego está el asunto de los coches patrulla de la policía municipal. Las nuevas unidades no tienen emisora (lo que ha provocado que en ocasiones los policías municipales tengan que utilizar su propio teléfono móvil para comunicarse con la central), cuentan con linternas de peor calidad, carecen de GPS y de la tecnología OCR para reconocer matrículas y, por último y no menos importante, no cuentan con mamparas de seguridad. Se me ocurre que como muchos de los candidatos a ser detenidos están ya en el equipo de gobierno de la Villa y Corte, la necesidad de tales elementos no les parecerá perentoria (total, si no me van a detener a mí, para qué).
En cuanto a jueces y periodistas, la alcaldesa dice que entorpecen su trabajo porque el poder en los medios es masculino. Esto es, no se la pone a parir porque sea una inútil estúpida y sectaria rodeada de una panda de borregos igual de sectarios y casi tan estúpidos, sino porque es mujer. Como mujeres son aquellas para quienes los neocom capitalinos quieren recuperar los bares, en una campaña publicitaria que produce vergüenza ajena tanto por los mensajes que transmite como por el diseño gráfico de la misma.
Y, para terminar, está el asunto de los manteros. Que yo sepa, aún no han llegado a sindicarse, como hicieron en Barcelona, pero la policía señala que hay miedo a intervenir a los manteros. Mientras, son los comerciantes del centro de Madrid (esos comerciantes, doña Rojelia, que traen la prosperidad económica, y no sus delirantes medidas) los que pagan el pato.
Iba a decir no, no ese pato del principio… pero también a ese, porque… ¿de dónde sale el sueldo del equipo de gobierno, ese sueldo que se iban a rebajar y que aún estamos esperando que lo hagan?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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