domingo, 3 de enero de 2016

Reabriendo heridas

Una vez celebradas las elecciones generales, el Ayuntamiento de Madrid, presidido por doña Rojelia, ha vuelto por donde solía y ha aprobado el cambio de nombre de treinta calles, según ellos franquistas.
Para esta gente, en realidad, franquista es el término que emplean para referirse a cualquier cosa con la que no estén de acuerdo y que les suene vagamente a derechista, desde el escudo de los Reyes Católicos hasta la letra del himno nacional compuesta por José María Pemán, desde Calvo Sotelo (asesinado por los sicarios socialistas antes de que empezara la Guerra Civil) hasta los asesinados en Paracuellos del Jarama con el consentimiento, cuando menos, del luego secretario general del Partido Comunista de España y modelo ocasional de peluquines.
Mejor harían en dedicarse a solucionar los problemas de los madrileños, en lugar de crear otros nuevos, porque añadir Hermanos García Noblejas a Arturo Soria, pero por su comienzo, va a generar un carajal de mucho cuidado al obligar a renumerar toda una calle que no es precisamente corta…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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