A
según qué gente –casi siempre, de izquierdas- se les llena la boca hablando de
la defensa de los trabajadores, de la avaricia de los ricos, de la solidaridad
con los que tienen menos que tú… pero a la que te descuidas, se van a dar a luz
a una clínica privada en Estados Unidos y de capital judío, cuando siempre han
estado bramando contra Israel y a favor de los palestinos.
Sin necesidad
de ir tan lejos, algunos hablan de sueldos justos y de no explotar a los trabajadores,
pero hacen un programa de televisión con fondos provenientes de una teocracia
homófoba y a sus trabajadores les pagan sólo veinticinco euros por programa
(sería para que no se mancharan las manos con los fondos, teniendo en cuenta de
dónde venían); o critican la reforma laboral porque abarata el despido –porque eso
es lo que están deseando los empresarios, despedir por nada a todos sus
trabajadores para quedarse ellos solos en la empresa-, pero a las primeras de
cambio estudian el aplicar un expediente de regulación de empleo (es lo que pasa
cuando defiendes una ideología caduca, que nadie te vota).
Y es
que una cosa es predicar y otra muy distinta enfrentarse a la tesitura de tener
que esforzarte para dar ese trigo que ofrecías…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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