miércoles, 13 de enero de 2016

Potaje de letras

En España, para que la derecha –es decir, el Partido Popular- gobierne le es casi imprescindible lograr mayoría absoluta. Hasta ahora, con que se quedase a un solo escaño de esa mágica cifra, el Partido Socialista era capaz de cualquier cosa con tal de gobernar, uniéndose a los partidos que hiciera falta. En tal caso, proclamaría sin rubor alguno que ellos eran los vencedores, aunque la distancia en votos y escaños con los primeros alcanzara cotas siderales.
Podía darse el caso de que sólo necesitara a otro partido, como el caso de Galicia en las últimas elecciones a las que se presentó Manuel Fraga, en las que con el apoyo de los separatistas filoterroristas del Bloque Nacionalista Gallego se hicieron con la presidencia de la Junta. Sin embargo, es más habitual que precisaran concitar acuerdos con más fuerzas políticas. Paradigmático es el caso de Baleares, en donde los pentapartitos y hexapartitos, por repetidos, dejaron de ser algo sorprendente.
Sin embargo, lo que ahora pretende Pdr Snchz con su pacto a la portuguesa rebasa todo lo anterior. Uno podría pensar que con el apoyo, o al menos la abstención, de media docena de formaciones (paleocom, neocom y separatistas de diverso pelaje) tendría suficiente, pero es que las apariencias engañan. Así, los paleocom, que consiguieron sólo dos diputados, agrupan a casi docena y media de formaciones, mientras que los neocom, decididos a ser más incluso en esto, alcanzan las dos docenas de grupos. Las distintas candidaturas de formaciones regionales también son en realidad un batiburrillo de siglas, por lo que lo que en realidad necesita el (todavía) secretario general socialista para ser presidente del Gobierno en lugar del presidente del Gobierno es poner de acuerdo… a cincuenta y seis partidos.
Que se dice pronto. Y espera que en alguno de estos partidos no se produzca un empate matemático de esos que se han dado en la CUP últimamente…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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