miércoles, 27 de enero de 2016

El que esté libre de pecado

Cuando ante un caso de corrupción del Partido Popular se contesta a las acusaciones de la izquierda con un ¿Hablamos de Andalucía, los EREs, Filesa, Malesa y los cafelitos?, la reacción es automática: ya estáis con el ‘y tú más’, dicen. Y no es esa la cuestión. No es y tú más, es y tú también. O, por decirlo pronto y mal, habló de putas la ‘Tacones’.
Viene esto a cuento de las detenciones que se llevaron a cabo ayer en Valencia de personas relevantes dentro del organigrama popular en la región. No voy a negar que da toda la impresión de que el Partido Popular parece estar corrompido hasta la médula (ya lo dijo Lord Acton, el poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente; y el PP ha tenido un poder casi omnímodo en la comunidad valenciana durante dos décadas… lo que es menos de lo que el PSOE lo ha tenido en Andalucía, ya puestos), y que Mariano Rajoy quizá no sea culpable de corromperse él mismo, pero sí de haber permitido que la corrupción perdurara en la década larga en que ha presidido el partido. Y como él, todos los que, estando por debajo de él, han tenido conocimiento de la situación, aunque no se hayan pringado personalmente.
Hasta ahí, bien (o mal, según se mire). Pero también hay que señalar que el PP parece ser el único caso de un partido en el poder (a diferencia del PSOE o de los necionanistas catalanes) que, cuando se descubre un caso de corrupción, tiene detenidos y expulsa a los pringados (a algunos, por lo menos).
Que lo cortés no quita lo valiente.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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