viernes, 1 de abril de 2016

Ya sólo quedan treinta y ocho meses

Los neocom no creen en la libertad. Ni en la de los demás, ni en las de los miembros de sus propias filas que, al modo de las escuadras franquistas, han de mantenerse prietas. Y en cuanto se descuidan les sale ese ramalazo totalitario.
Eso le ocurrió a la estríper aficionada, cuando participaba en un coloquio en el Club Siglo XXI y parte del auditorio soltaba risitas ante su intervención o, peor aún, no le hacía ni refitolero caso. Molesta, se dirigió al representante popular en el coloquio para espetarle Íñigo, podías pedirle a tu gente que se comportara. Este fue educado y, que se sepa, no le respondió sí, claro, no controláis vosotros a los vuestros y venís a exigir que nosotros controlemos a los nuestros.
Mientras, la representante del PSOE pintó la situación con tistes catastrofistas: cuando se inició la legislatura se encontraron con una ciudad donde se caían los edificios y los árboles, las calles estaban sucias y se había producido una degradación de los servicios públicos.
No como ahora, que hay que restringir la circulación por contaminación avisando con cinco minutos de preaviso o se ponen multas o se retiran monumentos sin habilitación legal. Las cosas están cambiando, desde luego.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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