miércoles, 7 de marzo de 2018

Suciolistos


Los políticos en general se suben al carro que pasa, sea éste cual sea, con tal de intentar arañar votos. Lo hacen con la mayor desfachatez, aunque hasta unos minutos antes hayan estado defendiendo la postura radicalmente contraria. En esto, los socialistas españoles son especialmente duchos.
Ocurre, por ejemplo, en el caso del voto femenino. Los socialistas no paran de darse golpes de pecho proclamando su defensa de la igualdad entre los sexos (que no entre los géneros)… y olvidando que cuando salió a debate el tema, durante la segunda república, ellos estuvieron en contra de dar el voto a la mujer (un ser inferior al fin y al cabo, debieron pensar, siempre sometida a lo que dijeran su esposo o los curas), y fue la derecha –Clara Campoamor, principal defensora parlamentaria del sufragio universal, nunca perteneció al partido socialista- la que permitió que la medida fuera aprobada.
También ocurre en el tema de la educación en español en toda España. Durante décadas, el PSOE (también el PP, pero ese es otro tema) le ha seguido el juego a los partidos regionalistas en el tema de la inmersión –ahogamiento, más bien- lingüística. Ahora, visto que los españoles empezamos a demostrar que estamos hartos del tema, declaran que quieren defender el español ante las ansias independentistas: no creen que el artículo 155 deba cambiar la política lingüística en Cataluña, pero si un posible Pacto de Estado.
Lo que pasa es que este giro copernicano ha pillado a algunos a contrapié, y claro, ya está el lío montado con aquellos socialistas que antes que españoles son socialistas (y, por tanto, antiespañoles).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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