viernes, 7 de agosto de 2020

Un nuevo amanecer

Como ya he señalado en más de una ocasión, lo que me gusta del universo de La guerra de las galaxias es lo que podríamos llamar su coherencia, o su libertad dentro de la coherencia. Es decir, todo él se originó -aunque, como sucede con Tolkien, si uno profundiza ve que no fue una creación de la nada, sino una especie de decantación de un montón de fuentes distintas- en la cabeza de George Lucas, que estableció las líneas generales -algunas bastante ridículas… sí, hablo de los midiclorianos-, pero que luego dejó a una pléyade de autores crear sus propias historias dentro de ese universo de ficción.
Autores muchas veces más preocupados que el señor Franela por la coherencia interna de ese universo. Todavía recuerdo los intercambios de mensajes entre grupos de correos de aficionados intentando casar las divergencias entre la trilogía original y la de las precuelas, sin tener que recurrir al último recurso, esto es, a la famosa frase de Obi-wan Kenobi de que todo es verdad desde un cierto punto de vista.
Y ya entro en materia. Esta novela funciona como (supongo) precuela de la serie de animación Rebeldes. Es una serie posterior a la compra de Lucasfilm por Disney, y por lo tanto debería ser anatema para mí, que como supongo que les pasa a los viejos fans, consideran único y verdadero canon lo que precisamente ya no lo es, esto es, el Universo Expandido. Sin embargo, la acción se desarrolla en una época anterior al arranque del Episodio IV y, por lo tanto, es susceptible de encajar (más o menos) con esas historias pre-Disney.
Y ya llego a la novela. Los personajes, sobre todo los buenos, no son completamente blancos ni negros; el malo malísimo sí que lo es, pero (atención, spoiler) acaba pagando sus culpas. Por el lado de los buenos hay personajes que no llegan al final de la novela, lo cual demuestra (en mi opinión) cierta madurez en el planteamiento por el autor, y supone lo mismo en el público potencial.
Para terminar: deja con ganas de más (aunque en mi caso, es fácil), y eso es buen indicador. Es decir, te deja con ansia de saber qué pasa después del final. Lo bueno es que hay cuatro temporadas de una serie en la que, se supone, se desarrollan los personajes, se cuenta más de su pasado y todas esas cosas. Serie que acabará cayendo, claro está… pero no ahora.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: