domingo, 6 de septiembre de 2020

Coronavirus (175)

Como he leído por ahí, cuando la izquierda en general -y la española más, y no digamos ya la actual- habla de unidad, de arrimar el hombro, de esfuerzo conjunto, lo que busca es la aquiescencia silente a cualesquiera propósitos que tenga, ya sean políticos, económicos o de ingeniería social.
Por ello, cuando Pdr Snchz ha mantenido la reunión con las empresas del Ibex 35 (entendámonos: con los dirigentes de las mismas), con la intención de presionar al PP para la renovación (lampedusiana: que todo cambie para que todo siga igual, o peor) de los órganos constitucionales, lo único que busca es hacerle cómplice -o colaborador necesario- en su constante y progresivo proceso de seguir infiltrando sus tentáculos en todas las instituciones del Estado. Algo en lo que, otra parte, no es especialmente original, pues sigue la tradición iniciada por Felipe González en los ochenta del pasado siglo y por Rodríguez en la primera década del presente.
Al menos, el PP ha tenido la mente rápida y la lengua ágil, y ha respondido a la presión del desgobierno para que colabore en la aprobación -porque ya sabemos que de elaborarlos se encargarán suciolistos y neocom en la cancha que les deje Europa- de los presupuestos generales del Estado diciéndoles las verdades del barquero: que primero se pongan a trabajar y de acuerdo entre ellos.
Y mientras, la supuesta eminencia económica del desgobierno, Nadie Calviño, se agarra a la temporada de verano para vender el robusto crecimiento de nuestra economía.
Por ello, y por mucho más…
¡¡¡EL GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!

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