Si
digo que el Partido Socialista no ha hecho nada bueno por España, alguno de mis
conocidos dirá que soy un sectario, o que estoy exagerando, y pondrá ejemplos
como la entrada en la (entonces) Comunidad Económica Europea o la ley del
sedicente matrimonio homosexual. Pero la primera no fue sino la consecuencia de
negociaciones emprendidas tiempo atrás por gobiernos de otro signo político
(incluso por gobiernos bajo otra jefatura del Estado, hasta donde sé), y la
segunda podría haberse hecho de forma que hiriera menos susceptibilidades
llamándola, por ejemplo, ley de uniones homosexuales.
Sin
embargo, estoy dispuesto a admitir como necesaria la existencia de dicha
formalización política, básicamente por dos razones: porque de todo tiene que
haber en la viña del Señor, y como mal menor frente a la desgracia que supondría
que la fuerza predominante en la izquierda fueran los comunistas (ya sean paleocom o neocom).
Dicho
esto, que existan, sí, pero que no gobiernen, o que lo hagan lo menos posible. Por
eso, cuando Sin vocales dice que el PSOE tiene ganas de ganar, lo primero
que se me ocurrió fue pensar ¡Toma, y
quién no!
Lo
segundo es lo que da título a esta entrada.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!