Traigo
hoy a colación a los dos equipos más importantes, por palmarés y presupuesto
manejado, del fútbol patrio: el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona (o el Real
Mandril y la Farça, como los denominan sus respectivos detractores).
El
equipo madridista jugó hace diez días un partido de Liga en Gerona contra un
recién ascendido. Perdió. Pero no me voy a referir al partido, sino a dos
condicionantes previos. El primero, que el portero titular en ese partido se
manifestó, en su día, a favor de las selecciones catalanas. Es algo que no
debería tener la mayor importancia, puesto que una cosa es jugar en la
selección española defendiendo esas posturas (como hace, por ejemplo, el Shakiro), y otra muy distinta jugar en
un club que, al menos en esta cuestión, se ha puesto de perfil (como casi todos
los clubes de España, dicho sea de paso).
El
segundo condicionante fue que, aunque de boquilla vinieran a decir que no pasaba
nada, el hecho es que el equipo no viajó a la ciudad catalana en el autobús oficial (con los símbolos, el escudo, el nombre, etcétera), por la incertidumbre que se vive en Cataluña.
En
cuanto a los culerdos, si algo hay que reconocerles es que en esto del
secesionismo catalán no se hayan puesto de perfil, sino todo lo contrario: se
han alineado decidida e inequívocamente, y desde hace ya mucho tiempo, con los
golpistas, por mucho que luego digan que no quieren ser utilizados
políticamente.
Será
que, de eso, ya se encargan ellos solitos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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