Además
de renovar a su presidente y, por extensión, a la cúpula directiva, la Real
Federación Española de Fútbol debería aprovechar y, ya que estamos, sustituir a
su asesor estético. Porque las decisiones que ha tomado últimamente en materia
de indumentaria de la Selección Nacional demuestran bastante poco criterio… o,
lo que sería peor, un criterio bastante definido.
Primero
estuvo aquella manía de denominarla La
Roja, supongo que por imitación de les
Bleus franceses o de la squadra
azzurra italiana; con el inconveniente de que el término rojo tiene ciertas
connotaciones políticas que a algunos les (nos) molestan.
Luego,
en elegir como segunda equipación una camiseta que, más que un diseño, parecía
haber sido utilizado como servilleta después de comer arroz con huevos fritos y
tomate, dada la combinación cromática y la dispersión del estampado. Lo siguiente
fue vestir a los jugadores completamente de rojo, lo que tampoco es que sea la
mejor de las ideas.
Pero
la guinda ha sido la última (suele pasar, eso de que la guinda sea la última,
porque encima de la guinda no se echa nada), y además por partida doble. La costura
tiene un diseño que recuerda los colores de Aragón, apropiados por los catalanes
como si fueran los propios. Y las bandas de colores verticales recuerdan, por
su parte, a la bandera de la segunda república española.
De
nada sirve que se diga que lo que parece morado no es tal, sino azul (azul
petróleo, para ser precisos). Para empezar, la mayor parte de los aficionados
al fútbol son varones (qué le vamos a hacer), y los hombres somos seres simples
que no somos capaces de percibir matices de color como el melón, el limón… y el
azul petróleo. Y, por otro lado, da lo mismo si es azul petróleo o no lo es: el
hecho es que parece morado.
Prueba
de todo ello son el que Junior la
alabara, que se suspendiera el acto de su presentación (la de la camiseta, no
la del político de la coleta, que a ese ya le tenemos demasiado visto) y que el
presidente de la citada Federación diera una larga cambiada al ser preguntado y
respondiera que no mezcla política con deporte. Jo,
pues debe ser de los pocos en este país…
Con lo sencillo que sería utilizar, por ejemplo, una equipación como la que muestro a continuación...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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