viernes, 10 de noviembre de 2017

Una tez adamantina

Fue Senior el que dijo que el partido socialista funcionaría dentro de la legalidad cuando ello conviniera a sus intereses, y al margen de la misma cuando no lo hiciera. El modus operandi que supone las palabras del fundador del partido del puño y la rosa, y del sindicato hermano, es algo que, como tantas otras cosas, tienen en común sus epígonos y los regionalistas españoles.
Han sido sobre todo los catalanes los que han tomado como costumbre el pasarse el ordenamiento jurídico español y las resoluciones de los órganos del poder judicial por el arco de la barretina. En los últimos tiempos, incluso, ya han obviado incluso el obedecer las normas emanadas de la propia asamblea legislativa regional.
Ahora bien, ese hacer de su capa un sayo no les ha impedido, en repetidas ocasiones, acudir al Tribunal Supremo y al Constitucional, tan vilipendiados por ellos cuando fallan en su contra, para recurrir aquellas normas o resoluciones que les desagradan. Eso sí, sólo en caso de que los citados altos tribunales les den la razón acatan sus resoluciones; de lo contrario, funcionan como de costumbre.
Eso ha ocurrido con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Dejando aparte que no deja de ser paradójico que una sedicente independiente nación se pliegue a las medidas y disposiciones de otra (¿alguien se imagina, por ejemplo, a los franceses haciendo caso a lo que dicte Westminster, o a los hijos de la Gran Bretaña obedeciendo como corderitos los mandatos de la Asamblea Nacional?), resulta de traca que el consejo de gobierno regional de Cataluña, destituido, anunciara que presentarían una batería de recursos para frenar el artículo 155.
De ese anuncio ya han pasado dos semanas y media, y a la vista está que no han tenido éxito alguno.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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