Los
postulados económicos de izquierdas (ojo, no los de la izquierda, como luego se verá) llevan, indefectible y
directamente, a la ruina. No hay un solo país del mundo donde se hayan aplicado
y hayan generado riqueza. Da lo mismo la posición de la que arrancara el país
(rico como Venezuela o del montón –digo
esto porque no sé cómo se encontraba- como Camboya), el resultado es siempre el
mismo: pobreza, ruina y desolación… salvo para la élite dirigente que, también
casi inevitablemente, ve mejorar su nivel de vida de manera desorbitada,
llámese Castro, Pol Pot… o Iglesias Turrión.
Se
me dirá que en la China comunista se ha logrado una mejoría de la economía. Y es
cierto, pero porque se han aplicado postulados económicos que no son los de la
izquierda ortodoxa, sino lo que podríamos llamar capitalismo a la china. El los demás casos en que un gobierno de
izquierdas quiera hacer algo medianamente racional en materia económica, debe
aplicar medidas de derechas, como ha ocurrido recientemente en Suecia, donde la izquierda ha asumido medidas de derecha para gobernar.
Y,
a la viceversa, si un gobierno de derechas quiere ir de cabeza al desastre,
sólo debe aplicar políticas de izquierdas. Es lo que ha ocurrido en el
septenato de Rajoy, con la mayor subida fiscal que se recuerda y que sólo ha
servido para que la deuda pública alcance niveles estratosféricos.
Claro
que, de aplicarse las propuestas neocom,
Sin vocales la habría elevado a
niveles exosféricos. Lo mismo que el paro, como queda demostrado por el hecho
de que en las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE es un veinticinco por ciento mayor que en las del PP.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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