Cuando
quiebras (iba a decir violas, pero
dado el tema de esta entrada, casi mejor que no) el principio de Peter (es
decir, cuando colocas a una persona en un puesto que se encuentra muy por
encima de su nivel de incapacidad) suceden cosas… pintorescas.
Es
lo que sucede con Irene Lozano, que como dadora
de forma literaria a una grabaciones será un hacha, pero que como encargada
de la Marca España está desempeñando una labor aparentemente mejorable.
Intentando explicar el asunto del juicio a los golpistas catalanes –algo en lo
que las autoridades españolas, presentes y pasadas, van con bastante retraso
con respecto a la venta del asunto que los secesionistas han hecho allende los
Pirineos (sí, ya sé que también hay mundo más allá de Gibraltar, pero las
inquietudes propagandísticas de los golpistas no parecen seguir esos
derroteros)-, se ha metido en terrenos peligrosos, al emplear la metáfora del sexo:
El sexo, no está prohibido, al igual que votar, pero no puedes hacerlo a la fuerza, necesitas permiso, si no es una violación.
El
presentador que la estaba entrevistando le preguntó si estaba comparando el
referéndum con el sexo no consentido, y Lozano matizó:
Quizás no me expresé apropiadamente, lo que dije es que cualquier acto es distinto según tengas permiso o no. Y dije que el sexo está bien, pero si no tienes permiso se convierte en violación. Y votar está bien, pero si no tienes permiso, en España está penado.
Para
cualquier no malpensado (entre los que me incluyo: la interfecta, saltimbanqui
de partido a partido, no me merece ninguna simpatía, pero le concedo el
beneficio de la duda) parece claro que Lozano no comparó el butifarréndum con una violación, salvo
en el aspecto de que ambas conductas son delito. Pero era una alcayata
demasiado jugosa para no agarrarse a ella, y así la voceras del consejo de gobierno regional catalán aprovechó la
ocasión y la aprovechó para pontificar:
Que reflexionen, recuperen el carácter supuestamente progresista, hagan dimitir de una vez a esa persona, no solo por las noticias falsas, sino por este insulto hacia todas las mujeres que profirió ayer.
Estoy
de acuerdo, comparar a las mujeres con los golpistas catalanes es una ofensa
inadmisible para el bello sexo (para el feo también, pero no es el caso).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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