Las
redes sociales siempre han sido proclives a la manifestación exaltada de los
sentimientos políticos… algo de lo que algunos antiguos indignados, devenidos con el tiempo en una casta más castiza que aquella a la que criticaban, han tenido que
arrepentirse, porque lo que podía ser apropiado y hasta gracioso en un perroflauta anónimo no lo es tanto en,
por poner un ejemplo, un concejal de la capital de España.
Viene
esto a cuenta de un par de cuentas de Twitter que, en tono de parodia,
reproducen comentarios que podrían haber dicho el presidente del Gobierno de
España o la calientacamas del Chepas.
Y digo podrían porque, aunque dichas
cuentas indican claramente que son una parodia, hay ocasiones en las que las chorradas
que recogen quedan eclipsadas por opiniones salidas verdaderamente de los
labios o de las teclas de los interesados. Sin embargo, el público parece no
darse cuenta de este carácter apócrifo (por llamarlo de alguna manera) y
reacciona airadamente, llamando de todo menos bonito a los sujetos parodiados.
Cuando
todo se salga de madre, y camino vamos de ello, no creo que nos sirva demasiado
el tener claro quién encendió el fuego, como venía a decir la canción de Billy Joel…
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