Estoy
dispuesto a apostar pincho de tortilla y caña a que cualquier aficionado
español al deporte en general y al baloncesto en particular siente simpatía por
Pepu Hernández, entrenador que fue del Estudiantes y luego de la selección
española que conquistó el mundial de baloncesto.
Y
estoy dispuesto a jugarme doble o nada a que esa simpatía se mantiene a pesar
de su designación digital por Sin vocales para encabezar la lista socialista al ayuntamiento de Madrid. Y esta simpatía se debe, creo yo, a que
la gente percibe que Hernández es lo que se suele llamar un buen tío. Alguien mucho mejor que quien lo designó, como lo
demuestra el que rechazara el ofrecimiento de suprimir las primarias, lo que
demuestra vocación de servicio público en el designado y convicciones democráticas
a conveniencia en el designante.
Lo
que no queda del todo claro es, visto los precedentes recientes de los altos
cargos socialistas, cómo aceptó el ofrecimiento de entrar en política si
utilizó en su día una sociedad para pagar menos impuestos por sus charlas y
gestionar cuatro propiedades inmobiliarias. Lo cual no constituye delito alguno (ya me
gustaría a mí tener el suficiente dinero como para empezar a plantearme cómo
pagar menos impuestos), pero es algo que cuando Sin vocales no era aún el ocupa de la Moncloa criticaba con esa
dureza que desaparece cuando hay que aplicar el rasero a uno mismo o a los
suyos.
Que
No es no es muy tonto lo demuestra el
hecho de que haya proclamado que votará a Hernández en las primarias… cuando no puede hacerlo por no estar enpadronado (iba a poner encabronado) en Madrid capital. Puesto que le han corregido desde
la sucursal madrileña del partido, quien lo haya hecho debe estar cansado de la
vida política, tener una especial inquina al dctr Snchz… o las dos cosas a la vez.
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