Las
bajadas de pantalones de los gobiernos socialistas españoles en lo que se
refiere a la escena internacional parecen ser tan innumerables como las que
tienen lugar en la escena nacional frente a los enemigos de la patria.
Cuando
mi madre, por ejemplo, me preguntaba que por qué nuestra situación en la
(entonces) Comunidad Económica Europea era tan manifiestamente mejorable, yo solía
responderle porque, mamá, cuando uno
entra a cuatro patas en un sitio resulta bastante difícil ponerse de pie.
Claro que aquello palidece frente a la traición perpetrada por Zapatitos cuando, además de salir por
piernas de Irak a los cinco minutos de tomar el poder conseguido sobre los
restos de casi doscientos cadáveres, instó a las demás naciones a hacer lo
mismo.
Ahora,
un gobierno de izquierdas –esa izquierda que dice amar la cultura, pero que
hace bien poco por ella, salvo por los paniaguados de costumbre- ha pactado con
Portugal –un país mucho más inteligente a la hora de defender sus intereses-
una primera circunnavegación a la Tierra sin méritos para nuestro país. Total,
sólo pusimos los hombres, los barcos y el dinero, mientras que ellos aportaron
nada menos que un hombre cuyo proyecto no les interesaba lo más mínimo.
Así
se escribe la Historia. Según algunos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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