Cualquiera
con dos dedos de frente estará de acuerdo en que hasta no hace demasiado, y
salvo épocas excepcionales, las mujeres han ocupado (vamos a admitir que por
voluntad de los varones) una posición secundaria en las estructuras sociales
públicas. Hasta ahí, vale.
Por
ello, es de justicia intentar reparar esa injusticia histórica. Pero esa
reparación ha de mantenerse dentro de la lógica y del sentido común. Porque,
como todo, cuando las cosas se sacan de madre se corre el riesgo de caer en el
ridículo, llámese lenguaje inclusivo o perspectiva de género.
Precisamente
con perspectiva de género (sea lo que sea eso: las personas tienen sexo –si tienen
suerte, con frecuencia-, nunca género) se anunció hará cosa de un mes que se haría la limpieza de ratas de la ciudad de Murcia. Cómo quedaría de ridícula la
cosa que el concejal responsable tuvo que salir a aclarar que el anuncio se refería,
obviamente (no tan obvio, parece) a la gente que tiene que contratar la empresa
adjudicataria del contrato público para desratizar la ciudad, no a las ratas y a los ratos.
Así
pues, la perspectiva de género que
incluye la convocatoria pública se refiere a buscar candidatos femeninos (digo
yo que serán candidatas y femeninas, ¿no?) que desraticen la
ciudad murciana en detrimento de los aspirantes masculinos. Pues como sean
iguales que los arquetipos de las viñetas de toda la vida, eliminarán a los marditoh roedoreh subidas en una
banqueta.
Para
remate, resulta que el equipo de gobierno de la capital murciana es, al menos hasta las próximas elecciones municipales, del PP. Lo cual
demuestra que la idiocia no discrimina por razón de la ideología.
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