Ayer tuvieron lugar en España las
elecciones municipales, europeas y (en una docena de comunidades autónomas)
regionales. Cuando escribo estas líneas, aún desconozco los resultados.
La esperanza es lo último que se pierde,
pero gran parte de los españoles parecen estar dispuestos a votar a opciones
políticas que, con independencia de la inepcia de quienes integran sus
candidaturas, no tienen más interés que asir o retener el poder sea al precio
que sea, aunque ese precio sea la ruptura de España. Quieren imperar, aunque
sea sobre los despojos. Y si para ello tienen que prometer lo que sea, lo
prometerán, aunque ya lo prometieran hace cuatro años y aunque las cifras muestren su fracaso.
A propósito: la foto electoral en la
que aparecen doña Rojelia y el
becario ubicuo me produce una grima casi insuperable.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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