Para
la izquierda, lo que proponga la derecha es rechazable y criticable, aunque
esas propuestas sean sensatas, razonables y ajustadas a la legalidad. Emplearán
todos sus tópicos para intentar denigrar cualquier cosa que vaya contra sus
postulados.
Tomemos
como ejemplo la sedicente política de
género en Andalucía. Cuando Vox denunció el chiringuito progre que había
montado alrededor de esta materia, les llamaron de todo menos bonitos:
machistas, maltratadores… Y todo por ir contra una ley que, en su raíz y por
muy (admitámoslo a título argumentativo) bienintencionada que sea, es
simplemente inconstitucional, pues se carga de un plumazo la presunción de
inocencia y la igualdad entre los sexos.
Ahora,
resulta que el cincuenta por ciento de los trabajadores de violencia de génerono están colegiados. Los colegios de psicólogos consideran este dato
escandaloso, los colegios de médicos andaluces elogian la petición de datos de
Vox, el partido de derechas propondrá cambios para asegurar la objetividad en
los informes de esos trabajadores… ¿y qué hace la izquierda? Pues Pixidixi va y dice que ve preocupante que la Junta ceda a Vox los
datos de los trabajadores de violencia de género.
Será
porque se les acaba el chiringuito…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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