Es
éste el quinto volumen de la saga de El corredor del laberinto en orden de escritura y de lectura. Digo esto aunque
narre acontecimientos previos a la trilogía principal (sería la segunda de las
precuelas) porque leer dicha trilogía tras este volumen, y no antes, eliminaría
completamente el elemento sorpresa. Es algo así como ver La venganza de los Sith antes de El imperio contraataca: el yo
soy tu padre no tendría sorpresa alguna… desde ningún punto de vista,
dijera lo que dijese Obi-wan Kenobi.
La
impresión que he sacado –siempre teniendo en cuenta que yo suelo leer versiones
traducidas, no originales- es que Dashner intenta narrar las cosas desde el
punto de vista y el estilo de los protagonistas adolescentes. O eso, o tiene
todavía mucho que mejorar en sus habilidades literarias.
Uno
acaba la novela en el mismo estado de ánimo que el que tenía conforme avanzaba
en la trilogía principal: ya no sabes, como Thomas, de quién puedes fiarte y de
quién no; o, más bien, piensas que no te puedes fiar absolutamente de nadie, ni
siquiera de ti mismo.
Puesto
que esta saga parece ser la gallina de los huevos de oro de Dashner, el hecho
de que en tres años no haya escrito nada sobre ella –que no haya publicado
ninguna obra, para ser precisos: ni de esta saga ni de ninguna otra- quizá se
deba a esas acusaciones de acoso que provocaron que le dejaran su agente y su
editorial.
En
fin, el tiempo dirá…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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