Los
políticos, al menos los españoles, son el vivo ejemplo de haz lo que digo, y no lo que hago. Es decir, que son, valga la
redundancia, el perfecto ejemplo de no predicar con el ejemplo.
En
esto, los de izquierdas son especialmente ejemplares.
Al fin y al cabo, los de derechas son egoístas e insolidarios, miran sólo por
ellos mismos y no se preocupan por los más desfavorecidos. O eso dicen los de
izquierdas, claro. En realidad, son los de izquierdas los que hacen todas esas
cosas: defienden la vivienda protegida pero se mudan a chalés de lujo,
propugnan el recorte de los sueldos públicos pero se los suben como el que más,
o establecen restricciones para usar modalidades de vehículo compartido pero –hecha
la ley, hecha la trampa- pero se libran de esas mismas restricciones que ellos
han defendido.
Algunos
políticos, parece, son más iguales que otros.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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