Los
progres tildan de fascistas a todos aquellos que no
piensan como ellos. Por asimilación, suelen calificarles también de nazis y, por lo tanto, poco menos que
propensos a cometer un genocidio así en general, y contra los judíos en
particular.
Digo
todo esto porque, sarcásticamente (decir irónicamente
sería no ver lo macabro de la paradoja), la progresía
internacional sueles ser fanáticamente antiisraelí y propalestina, y afirma
sin sonrojo que el Estado judío pretende el genocidio de los palestinos. Parecen
olvidad, convenientemente para ellos, que los judíos no pretenden borrar a los
palestinos del mapa (algo que sí propugnan algunas naciones islámicas), y que
están dispuestos a concederles –de hecho, les han concedido- territorios para
que vivan en ellos.
Algunos
me dirán que esos territorios están rodeados por un muro, y que limitan la
circulación de los palestinos. A esos algunos
podría responderles que, dado que la mercancía
que más exportan los territorios
palestinos son los atentados, esos muros constituyen la más elemental medida de
prudencia.
Por
todo ello, me sorprendió enormemente (y muy gratamente) leer que un grupo de
artistas y celebridades habían firmado un manifiesto de apoyo a Israel ante el boicot que otros del mundo de la cultura
habían impulsado en relación con la celebración del festival de Eurovisión (festival que hace mucho que dejó de interesarme, la verdad) en
el Estado hebreo.
Vamos
a ver: si les dejamos participar, asumimos que pueden ganar. Y las normas establecen
que el país ganador organizará el siguiente certamen en el lugar de su elección
(o términos equivalentes, estoy elucubrando). No creo que ninguna cláusula
establezca salvo si el que gana es Israel.
Así
que, progres del mundo, ajo y agua.
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