En general, los términos empleados por
la profesión periodística española dejan mucho que desear en cuanto a su
precisión. Veamos algunos ejemplos.
La prensa amarilla suele decir que
Fulanito (o Menganita) está soltero de
nuevo. Pero ni Fulano ni Mengana han pasado nunca por la vicaría, ni por el
juzgado, ni siquiera por la notaría, con lo cual nunca han dejado de estar
solteros (que, según la RAE, significa en su primera acepción que no está casado, y sólo en la segunda
–y poco usada… ¡qué escasos de conocimiento de la vida real andan los
académicos!- suelto o libre). En
resumen, lo que deberían decir es que el interfecto o la interfecta está sin
pareja o, como suele decirse, de nuevo en el mercado.
También suele decirse que tal o cual reunión
es secreta. Pero, de nuevo según el diccionario de la RAE, secreto es cosa que cuidadosamente se tiene reservada y
oculta. Y puesto que la noticia aparece en los medios de comunicación (en
grandes titulares, si son escritos), habrán puesto mucho cuidado, pero la cosa ni es reservada ni menos aún ha quedado oculta. Deberían decir que se han reunido en privado, o que no ha trascendido el contenido de la reunión (de
momento).
Y si encima ya sabemos de qué han
hablado, apaga y vámonos. ¿Cómo pueden decir que dctr Snchz se ha reunido en secreto con Casado en Moncloa para pedirle su abstención (en la votación de investidura) si sabemos dónde, cuándo, quiénes y para qué?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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