El asunto del golpe de Estado en
Cataluña ha quedado, como se dice vulgarmente –pero pocas veces de manera tan acertada-
visto para sentencia.
Teniendo en cuenta lo nerviosos que se
han puesto todos aquellos a los que les convendría que los golpistas salieran
con bien del envite –con todos aquellos
me refiero, claro está, a sociotontos
y neocom-, no parece aventurado
conjeturar que se temen lo peor. Lo peor para los golpistas y para los
intereses de los apologetas, es decir, una sentencia condenatoria. Algo a lo
que también apunta el que el tribunal que ha juzgado el caso haya reconocido la violencia en Cataluña durante el golpe tras finalizar el juicio.
Cómo serán las cosas que ha surgido el
temor de que una ponencia de Conde-Pumpido –el que, siendo Fiscal General del
Gobierno, dijo, en relación con las negociaciones con ETA, aquello de que El vuelo de las togas de los fiscales no
eludirá el contacto con el polvo del camino, y que la Justicia no está para favorecer procesos políticos, pero tampoco
está para obstaculizarlos- amenace la sentencia sobre el golpe de Estado,
así como también pondría en riesgo otras sentencias importantes y mediáticas
del Supremo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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