El lenguaje giliprogre es, a la vez, epatante y terrorífico. Epatante porque admite
las tonterías más estúpidas imaginables; terrorífico, porque demuestra la
intencionalidad totalitaria que se esconde tras él.
Dentro de la parte epatante se
encuentran los conocidos casos de jóvenes
y jóvenas, o de miembros y miembras…
y el no tan conocido de decir afroastronauta para referirse a un astronauta africano de raza negra. Se ve que si el
astronauta fuera magrebí o afrikáner no sería tan afro como el recogido por la noticia.
Dentro de la parte terrorífica se
encuentra la guía de lenguaje inclusivo
que la bruja Piruja ha creado para construir un mundo más igualitario. Ya no se podrá decir inmigrante, terrorismo islámico, negro, gitano, mariconada o abuelo, aunque en este último caso se
permite si la persona calificada de tal tiene nietos.
Además, se proscribe el tan hispano que te den por el culo y se sustituye
por vete a freír espárragos. La
justificación es que no se tiene que
criminalizar una práctica sexual generalmente asociada a relaciones gais…
lo cual atenta contra la libertad sexual de las personas, porque si una pareja
heterosexual, o incluso de lesbianas, decide recurrir a tan escatológica
práctica, están en su derecho sin que se les asocie al colectivo de
homosexuales masculinos… que, además, parecen no ser capaces de practicar
felaciones, en la retorcida mentalidad de la primera edil de la ciudad condal.
Anda y que se vaya a que le den por
donde no da el sol…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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