Las
negociaciones entre las distintas formaciones políticas amenazan con ser el
cuento de nunca acabar. Todo, para terminar como cabría esperar: los suciolistos se apoyarán en neocom, golpistas y terroristas; el PP
se apoyará en Vox, y Ciudadanos… quién sabe lo que hará Ciudadanos, porque
intentan nadar y guardar la ropa, no abandonar esa entelequia política que es
el centro.
Hace
dos semanas fracasaban simultáneamente la reunión entre populares, pomelos y Vox –lo
que daba al traste con la solución al bloqueo regional en Madrid- y las
conversaciones entre los de la mano y el capullo y los de demuestro que no sé hace la ‘o’ sin un canuto, con lo que, según
esa iletrada que es la segunda autoridad del partido, se allanaba el camino a unas nuevas elecciones generales.
Apenas
veinticuatro horas, PP y Vox limaban asperezas y esperaban celebrar investiduras en Madrid y Murcia antes de
Agosto; veinticuatro horas más y el titular era que los tres partidos a la
derecha del PSOE rebajaban el tono (¿pasaron pues de ser agudos a ponerse graves?)
para encontrar la fórmula del acuerdo…
…y
cinco días después (hace apenas una semana, pues), una de las pocas en la
formación pomelo que esporádicamente
muestra algo de buen sentido echó un jarro de agua fría empleando términos como
bloqueo o rectificar para referirse a los del partido del logo de color
verde. Que no serán suficientes para conformar mayorías, pero sí son
necesarios. Imprescindibles, en realidad.
Así,
¿cómo quieren los nuevos partidos que
la gente no sienta desafección por la política y los políticos, ellos
incluidos?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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