lunes, 27 de noviembre de 2017

Bragados y echados p’alante

Algo que diferencia a los políticos actuales de los de épocas pretéritas es, básicamente, su talla moral. Incluso entre los sujetos de ideología despreciable, los de antes por lo menos tenían más redaños, y no les importaba ir a la cárcel, e incluso dar la vida, por sus ideas.
Los de ahora están hechos de otra pasta. De una de peor calidad, por lo que puede deducirse de su modo de actuar. No hay más que ver las reacciones de los golpistas catalanes cuando se han visto en la tesitura de arriesgarse a dar con sus huesos a la trena. Si no tienen otro remedio, van; pero si ven cualquier excusa o posibilidad de evitar ese mal trago, salen por piernas como Cocomocho, o dicen Diego donde dijeron digo.
Es el caso de la presidente de la asamblea legislativa regional. Cuando se planteaba la posibilidad de aplicar finalmente el artículo 155 de la Constitución, proclamaba toda gallarda que no darían ni un paso atrás. Apenas tres semanas después, y con la Fiscalía pidiendo prisión incondicional para ella, aseguró ante el Tribunal Supremo que la declaración de independencia del pasado 27 de septiembre tenía un carácter simbólico y acataba de forma expresa ante el juez la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española.
Ni huevos, ni redaños, ni vergüenza.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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